Los síntomas conductuales y psicológicos de las demencias son uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el cuidador durante el desarrollo de su actividad como tal.
Las alteraciones de la conducta pueden ocurrir en cualquier momento de la enfermedad e incluso pueden ser el primer síntoma de la enfermedad que la familia detecte. Estas alteraciones no tienen necesariamente que aumentar en intensidad y frecuencia a medida que la enfermedad avanza; puede suceder que esté en una fase inicial de la demencia y tener muchos trastornos de conducta o puede suceder que esté en una fase avanzada y con pocas alteraciones del comportamiento.
En 1996 en Estados Unidos, tuvo lugar la reunión de la Asociación Internacional de Psicogeriatría (IPA). En esta conferencia internacional de consenso, los expertos asistentes definieron los signos y síntomas del comportamiento y psicológicos como “signos y síntomas de trastornos de la percepción, del contenido del pensamiento, del estado de ánimo o de la conducta que a menudo se presentan en enfermos con demencia”.
Estos síntomas, aunque sean frecuentes, no aparecen necesariamente en todas las personas con demencia, y su frecuencia e intensidad, dependerán del tipo de demencia, de la fase o estadio en el que se encuentra la persona con demencia, de otras enfermedades intercurrentes y de factores ambientales que se produzcan (cambios de domicilio, cambios de cuidador, cambios en su rutina habitual u otros cambios o alteraciones en su entorno habitual).
Así mismo, estos síntomas tampoco tienen la misma repercusión en todas las personas que cuidan, ya que dependerá, no sólo de la intensidad y frecuencia de los síntomas, sino también de las características personales del cuidador así como de la información que tenga de la enfermedad.
Los síntomas psicológicos más frecuentes son: ideas delirantes, alucinaciones, errores de identificación, ansiedad, depresión, apatía.
Los síntomas conductuales más frecuentes son: deambulación errática, agitación-agresividad, reacciones catastróficas, desinhibición, quejas, negativismo, intrusividad y trastornos del comportamiento alimentario y sexual.
AFATE agradece a la Dr. Dª Lourdes Fernández López, psiquiatra, la revisión de los contenidos de este apartado.