Alzheimer, una emergencia sociosanitaria a nivel mundial

Se estima que para el año 2050 más de 100 millones de personas sufrirán esta enfermedad.


Estas cifras han sido dadas a conocer por la Asociación Internacional de Alzheimer, a través de la difusión de una Carta Global, que ha sido traducida a más de 7 idiomas, con el objetivo de llamar la atención de los gobiernos sobre la necesidad urgente de considerar el Alzheimer y otras demencias como una prioridad en las políticas sanitarias a nivel mundial.

Nos enfrentamos a una emergencia en materia de salud pública y de atención social, que requiere una acción inmediata.

La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia, representando entre el 60% y el 70% de todos los casos de deterioro cognitivo. La demencia es una enfermedad progresiva y neurodegenerativa, que provocan un deterioro de las capacidades intelectuales afectando a todos los aspectos de la vida del individuo y de sus familiares, particularmente de aquellos que ejercen de cuidadores principales.

Cada año se producen 4,6 millones de nuevos casos de demencia en el mundo, lo que implica que cada 7 segundos una persona es diagnosticada de esta condición. Para el año 2050 se estima que cerca de 100 millones de personas sufrirán esta enfermedad. Sin embargo, ningún país está preparado para afrontar un problema de salud mental de tal magnitud.

La falta de sensibilidad y conocimiento ha dado lugar a que los recursos sean insuficientes.

La atención mundial a este problema de tan rápido crecimiento es tan escasa que la mayoría de los afectados continúan sufriendo sin esperanza ni ayuda. ¡Esta situación necesita un cambio!. Se puede mejorar la calidad de vida de las personas con Enfermedad de Alzheimer y otras demencias. A menudo, ellos, sus familiares y sus cuidadores carecen del apoyo que necesitan y se merecen.

Nosotros, los miembros de la Asociación Internacional de Alzheimer, que representamos a 77 asociaciones en todo el mundo, queremos hacer un llamamiento urgente a todos los gobiernos y grupos de interés para promover actuaciones de inmediato. Para que la Enfermedad de Alzheimer y otras demencias sea una prioridad global, deben adoptarse los siguientes principios:

  • Promover la sensibilidad y el conocimiento de la enfermedad.
  • Respetar los derechos humanos de las personas que sufren demencia.
  • Reconocer el papel fundamental de los familiares y de los cuidadores.
  • Facilitar el acceso a tratamientos y cuidados socio-sanitarios.
  • Asegurar el acceso a un tratamiento óptimo, una vez establecido el diagnóstico.
  • Tomar medidas para prevenir la enfermedad, a través de mejoras en la salud pública.

Para la elaboración de un plan de acción adecuado para abordar el problema del Alzheimer sobre la base de las declaraciones de Kioto y de París, y dentro de los límites de los recursos disponibles en cada país-, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Proporcionar información sobre los síntomas, evolución y tratamiento de la enfermedad a la población general.
  • Reducir el estigma, promoviendo la concienciación y el conocimiento sobre las demencias.
  • Dar prioridad a la formación y dotar de herramientas a los profesionales de la salud (incluyendo a los trabajadores sociales) y a los familiares, para facilitar la detección temprana de las demencias, proporcionar los cuidados apropiados al enfermo y asegurar el acceso al mejor tratamiento.
  • Facilitar el acceso de los enfermos a los servicios de Atención Primaria y especializada, para que respondan adecuadamente a las necesidades de las personas con demencia.
  • Promover diferentes alternativas de cuidados de larga duración (domiciliarios y comunitarios) que prioricen el mantenimiento de la independencia y la autonomía personal y el apoyo a los cuidadores. 6. Hacer que todos los escenarios implicados en el cuidado de estos enfermos, incluidos los hospitales (cuidados agudos), así como las instituciones de larga duración sean lugares seguros y apropiados para las personas con demencia.
  • Estimular a los afectados a tener la mayor participación posible en la vida de sus comunidades y en la toma de decisiones respecto a sus propio tratamiento.
  • Asegurar un estándar de vida adecuado para la salud y el bienestar de las personas con demencia, incluyendo alimentación, vestido, vivienda y cuidados médicos.
  • Establecer un marco legislativo que regule y proteja los derechos de aquellas personas con demencia que carecen de la capacidad para dirigir sus vidas.
  • Financiar programas de educación y sensibilización para promover un mayor conocimiento y, de esta manera, reducir el riesgo de la enfermedad.
  • Dar prioridad a las investigaciones sobre la Enfermedad de Alzheimer y otras demencias.

Ni la Enfermedad de Alzheimer ni ningún otro tipo de demencia forman parte del proceso natural de envejecimiento. Es posible prevenir su desarrollo. Un tratamiento adecuado puede mejorar la calidad de vida de las personas con demencia y de sus familiares. La investigación médica continuará mejorando los tratamientos existentes. Seamos positivos y adoptemos las soluciones que ayudarán a millones de personas hoy y mañana.