Vestirse es una tarea compleja que implica la participación de varias habilidades conjuntamente: elegir las prendas adecuadas, ponérselas correctamente y en el orden correcto, etc. Al mismo tiempo entran en juego la habilidad manual, el equilibrio, el reconocimiento visual y otras capacidades mentales que se van alterando a lo largo de la enfermedad.
Las alteraciones en este proceso suelen comenzar con la dificultad en la elección de la ropa adecuada al tiempo que hace (por ejemplo, puede ponerse un abrigo en verano o unas sandalias un día de lluvia), la combinación de las prendas entre sí, no recordar cuándo se cambió la ropa o ponerse la misma ropa varios días seguidos. Después van apareciendo dificultades para abrocharse y desabrocharse la ropa, equivocación en el orden de las prendas (por ejemplo, se pone el pantalón sin haberse puesto primero la ropa interior), equivocación al ponerse los zapatos, equivocación al ponerse una prenda (por ejemplo, intentar meter la pierna por la manga de una camisa), y finalmente la persona es incapaz de realizar cualquier acción por sí misma, necesitando que otro le vista.
Recomendaciones para el mantenimiento de la autonomía en el vestido:
- Mantenga los gustos y preferencias que siempre ha tenido, no le de ropa que sabe que nunca le gustó.
- Organice el armario de forma que tenga sólo la ropa de temporada
- Ordene el armario para que le resulte fácil encontrar las prendas (por ejemplo, todas las camisas o blusas en el mismo lado, la ropa interior siempre en el mismo cajón,…). Es frecuente que la persona con demencia desordene el armario o lo vacíe, e incluso más de una vez al día, tenga paciencia y vuélvalo a colocar, pero no esconda la llave o le prohíba el acceso a no ser que sea estrictamente necesario, ya que con ello usted está vulnerando su intimidad y autonomía; para todas las personas, tengan o no demencia, “su armario” representa una porción de privacidad y propiedad, en el armario están sus objetos personales, sólo de su uso y que no comparte con nadie más.
- No cambie el orden de las prendas o los cajones sólo por que a usted le resulte más cómodo o útil, tiene que ser cómodo y útil para la persona enferma.
- Déjele elegir la ropa que se va a poner y, en todo caso, déle opciones para elegir pero no más de dos o tres opciones ya que entonces lo tendrá igualmente complicado.
- Complementos como pendientes, pulseras, gemelos, etc…, es conveniente separa los objetos de valor de la bisutería, dejando ésta a su alcance y guardando el resto para evitar la pérdida de los mismos (es normal que la persona enferma guarde los objetos y después no pueda recordar dónde los guardó o que acuse a su cuidador de haberlos robado), pero recuerde que no es recomendable prohibirle el acceso a “sus cosas”.
- Si se desnuda con frecuencia tendrá que plantearse el usar ropa que le sea complicado quitarse (por ejemplo, poner botones más pequeños, o ropa con abotonadura o cremallera por detrás, etc…), pero que le siga permitiendo ser autónomo para ir al WC.
- Si el vestido debe realizarlo usted, por la razón que sea, es importante que le diga lo que está haciendo, nombrándole las distintas prendas e intentando que colabore en el proceso todo lo que pueda.
- Si rechaza el vestirse, con tranquilidad háblele de algo que sabe que le resulta agradable o interesante para que ponga su atención en ello y no en el vestido.
Recuerde que es importante que la persona con demencia siga conservando su identidad y personalidad en su aspecto y apariencia.