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El envejecimiento es una más de las etapas del ciclo vital y, en esta etapa, igual que en todas las demás, se producen una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales. En esta etapa de la vida no sólo se producen pérdidas, sino que hay funciones o capacidades que mantienen su actividad o incluso pueden llegar a mejorar. En el envejecimiento normal aparecen cambios en las personas a nivel físico (arrugas y manchas en la piel, fundamentalmente en el rostro y manos; disminución de la agudeza visual (presbicia, etc.); caída del pelo, lentitud en los movimientos,…) y a nivel cognitivo pueden presentarse alteraciones leves en la velocidad en procesar la información, dificultad en aprender cosas nuevas, pequeños fallos en nuestra memoria,…En la mayoría de los casos estos cambios son muy discretos y se compensan fácilmente con la riqueza de las experiencias acumuladas, no llegando a suponer en la práctica, deterioro funcional.
El deterioro cognitivo leve se refiere a aquellas personas que presentan pequeños déficit en varias áreas cognitivas pero sin deterioro funcional doméstico ni laboral y que no reúnen criterios, por tanto, para poder ser diagnosticados de demencia. Aunque en muchos casos este estado puede permanecer estable con los años e incluso mejorar, en otros el Deterioro Cognitivo Leve constituye un estado de transición entre el envejecimiento normal y la demencia leve. El Deterioro Cognitivo Leve en el que sólo está presente el trastorno de la memoria ha sido denominado Deterioro Cognitivo Leve amnéstico (o amnésico), ya que se define mediante la enfatización del deterioro de la memoria aislado. Tratamiento farmacológico: no existe evidencia de que el tratamiento del Deterioro Cognitivo Leve pueda evitar su progresión a demencia. Una vez detectado, deberían descartarse y tratarse otros cuadros que puedan provocar este estado como la depresión, la ansiedad y otras enfermedades médicas. Además, ha de realizarse un seguimiento estrecho para poder detectar precozmente su posible conversión a demencia y que pueda ser tratada lo antes posible si esto sucede.
No todas las enfermedades neurodegenerativas son demencias, pero sí puede aparecer un cuadro de demencia asociado a medida que avanza la enfermedad.
Tal como lo definen los criterios clínicos vigentes (DSM-IV), el diagnóstico de demencia requiere la existencia de un deterioro de la memoria (de la capacidad de aprender nueva información o de recordar información aprendida) y al menos de otra área cognitiva, como el lenguaje (afasia), praxis (apraxia), capacidad de reconocimiento e identificación (agnosias) y funciones ejecutivas. El trastorno cognitivo debe ser suficientemente importante como para alterar el comportamiento social o profesional del individuo y, además, suponer un declive desde un nivel de rendimiento propio superior.
En este documento se siguen las recomendaciones de la Real Academia Española en cuanto al uso del género masculino para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre cuando se alude a grupos mixtos (masculino y femenino) de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos. Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva.
Asociación de familiares y cuidadores de enfermos de Alzheimer y otras demencias de Tenerife - Afate
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