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La enfermedad de Parkinson es un proceso neurodegenerativo producido por la pérdida de neuronas monoaminérgicas del tronco cerebral y su causa es desconocida.
Síntomas Inicialmente predominan los síntomas motores (extrapiramidales). Los síntomas tempranos de la enfermedad son tenues y se producen gradualmente, generalmente en un lado del cuerpo, aunque a medida que avanza la enfermedad las dos partes del cuerpo se ven afectadas, pero un lado en mayor medida que el otro. Las personas afectadas pueden sentir temblores leves o tener dificultad para levantarse de una silla. Pueden notar que hablan muy suavemente o que su escritura es lenta y parece apretada o pequeña. Pueden perder la pista de una palabra o un pensamiento, o pueden sentirse cansados, irritables o deprimidos sin una razón aparente. Este período temprano puede durar largo tiempo antes de que aparezcan los síntomas más obvios de la enfermedad. Se caracteriza por la presencia de temblor de reposo, rigidez, bradicinesia (lentitud en la realización de movimientos voluntarios) y alteración de reflejos posturales y de la marcha así como pérdida de equilibrio, a lo que se puede asociar otros menos llamativos para los pacientes como micrografía, hipotonía, aprosodia, disartria o trastornos de salivación. Con frecuencia finalmente se produce demencia en esta enfermedad. Este tipo de demencia subcortical, presenta olvidos fáciles por la pérdida de memoria, apatía, trastornos del ánimo y dificultad para manejar información previamente adquirida. La pérdida de memoria de estos pacientes para hechos antiguos no es tanto para el contenido como para el momento en que sucedió. Por tanto, reconocen y relatan adecuadamente un hecho real de importancia suficiente para formar parte de la información común de la población o de su propio pasado pero no pueden precisar en qué momento sucedió. Hay alteración del lenguaje siendo lo más llamativo la disartria, con lentitud en el discurso, escasa entonación y pobreza en la construcción de las frases. También pueden aparecer alucinaciones visuales, que característicamente el paciente puede autocriticar (dándose cuenta de que no son reales) sobre todo si sus acompañantes se lo explican.
No hay manera de predecir qué curso seguirá la enfermedad en cada persona; en unas personas evoluciona lentamente (siendo esto lo habitual) y en otras más rápidamente. Esta enfermedad no es fatal en sí misma, pero empeora con el tiempo. La expectativa de vida promedio de estas personas generalmente es la misma que para las que no padecen la enfermedad, sin embargo en las etapas tardías pueden aparecer complicaciones como ahogos, neumonía y caídas que pueden tener graves consecuencias para la persona.
No existe tratamiento que cure la enfermedad pero sí disponemos de múltiples tratamientos muy eficaces en el alivio de los síntomas. Pese a que inicialmente suelen lograr un buen control de la enfermedad, van perdiendo eficacia con el tiempo y suelen causar otros efectos adversos a la larga, por lo que ha de limitarse su uso. En cuanto a la demencia, algunos fármacos usados en la enfermedad de Alzheimer (como la Rivastigmina) han demostrado que pueden mejorar sus síntomas cognitivos y conductuales.
En este documento se siguen las recomendaciones de la Real Academia Española en cuanto al uso del género masculino para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre cuando se alude a grupos mixtos (masculino y femenino) de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos. Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva.
Asociación de familiares y cuidadores de enfermos de Alzheimer y otras demencias de Tenerife - Afate
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